La relación del champú y el arte
Llegué en compañía de un café gigante, aderezado con soja templada a nuestro encuentro. Era en la céntrica calle madrileña Villalar 1. Me esperaban sonrientes. Yo aparecí más sonriente aún porque intuía lo que me esperaba en aquella sala con luz tenue y música sugestiva.
Nos habíamos citado para adentrarnos en lo más profundo de la cultura japonesa. Para regalarme un momento para mí. Para convertirme en una auténtica Geisha.
"Crear algo universalmente bello. Eso es arte". Señor Shu Uemura. |
Y aquí es cuando comienza mi iniciación a la tradicional ceremonia del té.
Me dejé caer sobre el cómodo sofá que masajeaba mi espalda. Mientras, Blanca me
explicaba en qué consistiría el ritual...
Así que después de todo esto podéis imaginaros como salí de aquel salón dos horas después. Con los ojos brillantes de placer y relax. Con una sonrisa bobalicona, y la grata sensación de haberme dedicado ese tiempo para mi.
explicaba en qué consistiría el ritual...
El ritual se fundamentaba en mimos, masajes y la aplicación de productos de lujo para mí cabello.
Aplicó el champú y la mascarilla acompañado por un masaje shiatsu, mientras los aromas de los productos se mezclaban con la música y el masaje, convirtiendo aquella ceremonia en una experiencia tremendamente placentera. Todo esto después de hacer un examen exhaustivo para saber qué tipo de cabello tenía, y que necesidades requería.
Por último, me puse en manos de Nadia (la talentosa directora de MadRoom) para que pusiera el broche final con un peinado natural y con volumen.
Aplicación de la mascarilla. |
¡No quería que acabara nunca! |
Y de todo esto se encarga Shu uemura. La marca de la que hace escasas semanas ni había oído siquiera hablar, y que hoy por hoy me tiene embelesada.
Y los motivos son muy sencillos:
Y ahora me preguntaréis ¿qué tiene que ver el arte con un champú para el pelo? Pues mucho. El señor Shu uemura fue un gran innovador en los años 50, atreviéndose a combinar la naturaleza con la pasión de un artista. Fue denominado como el maestro de la belleza contemporánea, y no sólo aportó nuevas técnicas en las que combinaba la tradición japonesa con la moda Occidental, sino que consiguió llegar a ser un reputado profesional de Hollywood, sobre todo después de trabajar en 1955 en el rodaje de My Geisha, donde llegó por casualidad tras caer enfermó el maquillador principal mientras filmaban el material y conseguir transformar a Shirley MacLaine en una auténtica geisha.
Transformación de Shirley MacLaine en una verdadera geisha |
Así que después de todo esto podéis imaginaros como salí de aquel salón dos horas después. Con los ojos brillantes de placer y relax. Con una sonrisa bobalicona, y la grata sensación de haberme dedicado ese tiempo para mi.
Los que vivimos en una gran ciudad sabemos el desgaste emocional que ocasiona la urbe en nuestras vidas. De repente te sorprendes a tu misma, en tus momentos de ocio, acelerando el paso en cada paso de cebra. Descubres que ni siquiera en tu día libre eres capaz de bajar las pulsaciones y sientes como cientos de hombros se rozan junto al tuyo sin una disculpa, normalizando una situación de estrés globalizado.
Así que, en mi opinión, un ritual de belleza de este tipo ¡debe ser casi obligatorio! Y a pesar de que tu mente se resiste los primeros minutos de cada masaje a caer en las redes del placer, pensando en cuántas cosas te quedan aun por hacer, el espíritu de Shu uemura vence, y te acabas fundiendo con el sillón de masaje a tu suerte.
Así que, en mi opinión, un ritual de belleza de este tipo ¡debe ser casi obligatorio! Y a pesar de que tu mente se resiste los primeros minutos de cada masaje a caer en las redes del placer, pensando en cuántas cosas te quedan aun por hacer, el espíritu de Shu uemura vence, y te acabas fundiendo con el sillón de masaje a tu suerte.
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Hoy en el debate de Las llaves de Casa, hablaremos de placer. ¿Cuánto tiempo os soléis dedicar para vosotros mismos? ¿Habéis probado este tipo de rituales? ¿Conocíais al señor Shu uemura?
¡Marchando un té para poner en marcha nuestra propia ceremonia!
Buenos días Sara y muchas gracias por las recomendaciones,buscaré los productos para probarlos y ya te contaré,que como lo cuentas es imposible no hacerlo ..
ResponderEliminarGraciass
¡Gracias! Estoy segura de que lo disfrutarás mucho :)
EliminarTodos aquellos productos que tratan de asociarse a algo más que el mercantilismo merecen toda mi atención y respeto. Y éste parece que cumple:
ResponderEliminar-No testan en animales.
-Calidad.
-Fabricados a base de extractos naturales.
-Nacen desde el arte.
Le seguiré la pista a Shu Uemura. Gracia por compartir
¡Estoy segura de que lo convertirás en un gran aliado!
EliminarBuenos días Sara!
ResponderEliminarYo soy una de las que no tenía ni la más remota idea de quien era este señor que ahora me parece tan interesante. Pero eso no quita que no me parezca un ritual muy especial y sobretodo diferente. Gracias por compartir un viernes un cachito de tí! Te quiero mucho Sara❤
¡Gracias Celia! Ojalá puedas probarlo
EliminarDelicioso tiempo. Quizás deberíamos darle mucha más importancia. El estrés diario nos come y momentos como los que nos cuentas nos vuelven a situar en el mundo real, el mundo de los detalles que nos reportan placer. Interesante los productos que nos muestras.
ResponderEliminar¡Gracias Inma!
EliminarMimarnos es más necesario de lo que pensamos... :)
Una gran urbe es territorio artificial y hostil a veces. Sólo nos encontramos cerca de pisar en tierra y no en asfalto, si nos acercamos a nosotros. En tu propuesta, combinas silencio, mimo con buenos productos, cercanos a lo natural, y esa combinación tan oriental, ha provocado en ti esa sonrisa, como dices, bobalicona, que yo más bien diría de paz interior, iluminada en pastel. Me apunto a cambiar esos roces de hombros en la calle, a veces tan hostiles e imprecisos, por estas otras caricias, en el pelo, en las sienes, más llenas de intención. Grande Uemura que ha venido de allá para inspirarte acá.
ResponderEliminar¡Gracias Miguel Ángel! Vivir en una gran urbe nos intoxica lenta y sigilosamente... Estos ratitos son un placer necesario. Es un placer tenerte en nuestro café :)
ResponderEliminarNo conocía a Shu uemura. Muy interesante. Buscaré sus productos.
ResponderEliminarMientras leía tu post podía sentir ese placer.
De vez en cuando me permito un ritual relajante, pero a menudo busco excusas para no emplear ese tiempo más que necesario.
Me has convencido: reservaré el tiempo necesario para mimarme más a menudo.
Lo cierto es que mientras disfrutaba del ritual, yo también me preguntaba de forma bucólica cuál era la razón de no dedicar más tiempo al placer...
EliminarEspero que la ceremonia del té te transmita arte, gozo y paz :)
Uau! Parece muy interesante. Voy a investigar sobre esta marca que no conocía. Si la recomiendas tu seguro que merece la pena.
ResponderEliminar¡Gracias! Estoy segura de que te engancharás tan pronto como lo hice yo :)
EliminarMe ha encantado el post y todo lo que cuentas en él, ¡qué maravilla! Ahora, por tu culpa, voy a tener que ir a probar esos productos que no pueden tener mejor pinta... ¡Gracias por compartirlo y descubrirmelos! ❤
ResponderEliminar¡Te van a encantar!
Eliminar¿Que cuánto tiempo me dedico? Muy poco, pero no por no tenerlo sino por dejarlo pasar en otras distracciones más sedentarias. Sin embargo, este ritual de belleza resulta de lo más tentador: masajes, música, sensación relajante... Este señor Shu eumura, sabe lo que hace y, encima, más allá del placer tiene verdadera consciencia a consta de qué. Me gusta el fin y el contenido del post. Saludos, Dácil Martín
ResponderEliminarHola Dácil,
EliminarMe alegra que te guste tanto el post como la recomendación de arte, naturaleza y placer. Si te animas a probarlo, ¡espero que nos lo cuentes en Las llaves de Casa!
Yo ya disfruto bastante en la peluquería, aunque me cuesta concertar la cita, cuando estoy allí me dejo llevar. Pero lo que tú cuentas va más allá, qué delicia!!! No lo conocía, lo añado a mi lista de placeres de obligado cumplimiento.
ResponderEliminarMuchas gracias por la recomendación
¡Gracias a ti! Si ya disfrutas con el masaje de la peluquería, esto te va a encantar.
EliminarReconozco que pospongo más de lo debido cuidarme. Últimamente intento resolver de una vez el dejarme siempre para el final. Me encanta ir a la peluquería, yo iría solo a que me lavaran la cabeza! Interesante lo que cuentas del creador de estos productos y encantada de que cada vez más marcas, busquen la conciencia ética.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Belén. Para mí es muy importante que los productos que utilizo no sólo sean de calidad, sino que respeten el medio... ¡gracias por compartir esta ceremonia del té con nosotros :)!
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