Hasta el moño de la "Violencia Invisible"

Son las 22.30 del viernes 27 de Agosto de 2016 y siento la necesidad de escribir. De desfogarme.

Hace media hora que he vuelto de mi paseo nocturno con la sra. Miel. Cada noche salgo a pasear con mis perros. Le dedico su tiempo a cada uno, sacándolos por separado y muchas de las noches, por no decir la mayoría, siento miedo. Paseo por parques con luz y aún así, hay momentos en los que siento que no debería transitar por ellos. Que algo malo me va a pasar. Y no tenéis idea de la rabia que me produce sentir algo así. Esta rabia va relacionada con el machismo. Con el sexismo. Con la violencia machista. Con la violencia de género.

Ilustración de Feminista Ilustrada.

Esta noche, durante el paseo, vi a lo lejos a tres chicos de unos 25 años que se me acercaban.

—¡Eh, bonita!... morena, ¡ven aquí! —Los miro muy seria y ante mi cara de desprecio me chistan, me silban. Me insisten con que vaya. ¿De verdad no estáis viendo que estoy incómoda? ¿Que no hace gracia?

No sólo no cesan con sus gilipolleces y bromean, sino que
me acompañan durante el paseo algunos metros. Así que se me platea un dilema mientras acelero el paso. Hay dos caminos: el primero es el que más me gustaría, hacerles frente. Decirles lo imbéciles que son. Preguntarles que con qué derecho intentan intimidarme... Si se creen superiores, o quién les dio permiso para invadir mi espacio vital... Y todo esto, sabiendo que el enfrentamiento podría tener consecuencias. El segundo, simplemente callarme, y continuar mi camino.

No podría decir la cantidad de veces que he optado por la opción A, o la cantidad de veces que escogí la B. No sé deciros qué día escojo cual. Pero los días que decido callarme, y hacer como si nada pasara, me siento fatal conmigo misma. Porque nunca en la vida se me ha ocurrido acosar a un hombre y acompañarlo hasta su casa en contra de su voluntad. Invadir su espacio vital, incomodarlo. No entiendo por qué, por el hecho de tener vagina, tenemos que sufrir esto constantemente.

Esto que os cuento, sé que nos ha pasado a todas. Casi todas las mujeres, por no decir todas,  hemos sido víctimas de acoso, de violencia machista, o de sexismo.

Recuerdo una anécdota (si se puede catalogar de anécdota) de cuando tenía unos 11 años: Iba con mi madre de paseo. Las dos solas por un céntrico barrio de Tenerife, cuando de repente, un hombre de unos sesenta y pico años me tocó el culo. Sí. ¡Ni corto ni perezoso, tomó la decisión de tocarme el culo! como si fuera algo normal. Un derecho adquirido. Algo legítimo. Obviamente cuando mi madre se dio cuenta montó en cólera, y entre ambas le dijimos de todo. Le gritamos que podría ser mi abuelo, que quién se creía... Pero eso quedó ahí, en una anécdota y creo que la vergüenza que le pudimos hacer pasar no sirvió de nada. Estoy segura de que no fue la última vez que lo hizo.

Un par de años más tarde, un chico de unos 30 años (me llevaba casi 20), decidió ir a buscarme cada día a la salida del colegio y acompañarme, a dos metros de distancia, hasta la puerta de mi casa. A pesar de decirle que, por favor, me dejara en paz, continuaba como si fuese sordo. Pero la cosa no quedó ahí: ¡consiguió mi teléfono!. Me llamaba y me enviaba mensajes constantemente  con lo que supongo, él consideraba “piropos”. Llegó un momento en que los mensajes tomaron un tono bastante feo. Empezó a darme miedo que llegara la hora de terminar la última clase. Hasta que, llegó un punto, en el que tuve que contárselo a mis padres para que tomaran cartas en el asunto.

Desgraciadamente, guardo mil anécdotas de este tipo, incluso algunas mucho más duras que no me apetece revivir. 

Pero no escribo este post para hablar de mi. Escribo esto porque estoy INDIGNADA. Porque no puedo soportar que, por que seamos mujeres, tengamos que soportar ciertas cosas. Que tengamos que bajar la cabeza cada día, para no tener conflictos, por miedo a que esa persona pueda hacerte algo peor de lo que ya te está haciendo. Estoy harta de tener miedo si voy por ciertas zonas, a ciertas horas. Estoy asqueada de las pocas medidas que se toman contra esta LACRA.

En el año 2015: murieron 64 mujeres asesinadas por sus parejas en España. Y, de momento, en 2016: ¡van 33!

Y es muy frustrante que lo que nos aconseje la administración a las mujeres sea: no beber, vestir de forma recatada o que no volvamos solas a casa... en vez de intentar educar y concienciar a que NO se puede acosar. A que NO se puede intimidar. Que VIOLAR a una mujer es de los actos más viles y denigrantes que se pueden cometer. Y que una chica vista de manera sexy NO significa que quiera que la violen.



Ésta semana hemos despertado con la terrible noticia de cinco agresiones sexuales a mujeres, y una chica desaparecida. Estos días mi cabeza y mi corazón están con Diana, con su familia y con sus amigos. Diana María Quer López- Pinel. Una madrileña de 18 años que ha desparecido en A Coruña, mientras volvía a casa. Iba escribiendo un mensaje a un amigo, contándole que estaba asustada porque un hombre le gritaba y la seguía. Y desde entonces, nadie sabe nada más. Según leí la noticia, mi corazón se encogió. Me siento tan, tan impotente. Tenemos TANTO por cambiar.

No dejo de pensar en que dentro de un tiempo me gustaría ser madre, pero tengo miedo. Miedo de ser mamá de una niña y que tenga que vivir ciertas cosas por el mero hecho de ser mujer. Quiero traer al mundo a una niña sin miedo. Que pueda pasear por donde le apetezca sin temores, que pueda sea feliz y que nunca tenga que agachar la cabeza ante un acoso o compañía masculina no deseada. Aunque también quiero ser madre de un hermoso niño al que trataré de enseñar que las mujeres no son objetos para humillar, violar, atemorizar o vejar. Que todos iguales iguales y libres.

P.D. Las fotos que he publicado acompañando esta entrada pertenecen a unas instantáneas que realicé hace algunos años tratando de apoyar la campaña del teléfono de ayuda 016, que no deja rastro de las llamadas y que puede servir en muchos casos de ayuda. Sin duda el spot de este año es una maravilla y la interpretación que hace la protagonista es digna de elogio. Puedes visionarlo aquí.