30 de septiembre de 2016

TOP 13 Películas de terror

Tenían que ser 13.

Soy una auténtica fan del cine de terror. Siempre que hay una del género en cartelera, pasa a tener prioridad ante el resto. Por eso, hoy quería proponerles una lista de 13 películas de terror con las que he disfrutado y que me han quitado el sueño.



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Dumplings.
Es una de las primeras películas de terror que recuerdo. Mis padres me llevaron a un festival de cine asiático cuando tenía doce años. “Dumplings” fue una de las que más me impactó, y aunque el título lo había olvidado, no ha sido difícil encontrarla por su argumento. (Bendito internet. Aquí puedes ver el trailer).

El director Fruit Chan nos presenta la historia de Tia Mei, una exginecóloga especializada en abortos que abandonó su China natal para radicarse en un barrio pobre de Hong Kong, donde vende unas pastas (dumplings) de misteriosos efectos rejuvenecedores.
Cartel Dumplings
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Antichrist.
Cinta del 2009 escrita y dirigida por Lars von Trier. La creatividad y locura de la película me atrapó desde

23 de septiembre de 2016

Cuándo te crees de Greenpeace.

Tengo la suerte de vivir cerca del río, y es algo que aprovecho al máximo. Uno de mis mayores hobbies es salir a caminar o en bici con mis perros. Disfrutamos de largos paseos mientras la señora Miel sube y baja la colina, cientos de veces, para jugar con los patos y refrescarse, aunque sea invierno. Pero el otro día, la ruta se truncó a mitad de camino:

Llegamos a una parcela, cerca del río, vallada de forma muy chapucera. Se podía intuir que era ilegal. Tenía una chabola que parecía estar a punto de desplomarse y extrañamente un huerto bien cuidado, y con algunos árboles frutales. Y en el centro de la parcela un árbol, donde había un perro atado. La correa no tenía más de un metro, y el perro daba vueltas alrededor del árbol y sobre sí mismo de manera compulsiva y muy ansioso. Tenía un cubo con lo que creí intuir agua, y otro supongo con comida, pero sus alrededores estaban llenos de heces.

Frené en seco. No entendía cómo en una parcela tan grande, podía tener unos trescientos o cuatrocientos metros cuadrados, el perro tenía que estar atado a un árbol, y con una correa así de asfixiante. Me acerqué a la valla, intentado ver si estaba el dueño por allí. Tratando de entender lo que mi vista percibía. El perro estaba cada vez más nervioso, y por mucho que yo intentaba llamarlo para distraerlo, no desistía. Me fijé que junto al árbol, y al no tener ningún refugio o caseta, el perro había hecho un agujero enorme en la tierra, para poder refugiarse del calor y del frío de la noche.

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La finca que perturbó mi paseo.

Nunca he denunciado un caso de maltrato animal, así que no sabía cuales era los pasos a seguir. Lo primero que se me ocurrió fue mirar la web de PACMA. Tienen una pestaña llamada “Yo denuncio”, donde explican: ¿Qué se puede denunciar?, ¿quién puede denunciar? y ¿cómo denunciar?.

Opté por la recomendación de llamar a la policía. Creía que sería más rápido que

16 de septiembre de 2016

El fetichismo de Adidas

He tenido el placer de ir a conocer la nueva colección de mis amigos de Adidas

Éste año, para la vuelta al cole, Adidas trae propuestas muy, muy chulas. Y no sólo en su línea de deporte, sino en su línea casual.


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Fetichismo: adorar y rendir culto a algo.
Según entré, mis ojos repararon, casi como un imán, en su nueva prenda estrella: La chaqueta con capucha ZNE (Zero Negative Energy), diseñada con el objetivo de ayudarnos a alcanzar el máximo nivel de concentración, aislándonos de las distracciones gracias a

9 de septiembre de 2016

Alerta con los “destroza salud" y "destroza psiquis e ilusiones”

Me subo a la báscula. He subido casi dos kilos éste verano. Inmediatamente me viene la imagen de los helados, las cotufas del cine y los refrescos bien fresquitos. Y casi como un acto reflejo, maldigo el verano y los 40 grados de Madrid. ¿Y sabéis qué? Ha merecido la pena cada uno de ellos. Los momentos que han representado, las conversaciones, risas y lloros anexos...


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El placer de saltarse la dieta. Comiendo un Falafel en el barrio judío de París.

Quede dicho que le doy mucha importancia a la alimentación. Intento que lo que como le aporte beneficios a mi cuerpo, y me alimente de verdad. Lo complemento con algo de deporte, pero la verdad es que soy bastante disfrutona. No concibo ir al cine sin comer palomitas, o en verano disfrutar de un buen helado de mis frutas favoritas.

Siento que a medida que van pasando los años, nos tomamos las cosas de diferente manera. De forma más moderada y menos tremendista. Hoy en día me conozco un poco más. Me quiero en mi totalidad, a mí y a mi cuerpo. Sé cuándo algo me va a sentar mal. Cuándo puedo cometer algún exceso y cuándo mi cuerpo me pide más deporte, comer algo más sano o negarme ciertas cosas. Y si he subido algo de peso, con un poco de sacrificio, trato de volver a mi peso normal a base de la comida que me conviene y hacer un poquito más de ejercicio. Pero no siempre ha sido así. Cuando eres más joven, la imagen y lo que digan los demás te importa muchísimo. Casi que vives esclava de ella. Encima, si tu cuerpo es tu herramienta de trabajo, y topas con personas tóxicas a los que les prima más el resultado de una simple foto que tu salud, es una combinación muy dañina.

Me parece DEMENCIAL algunas "recomendaciones" que se les hace a los jóvenes en los ámbitos profesionales de la moda y la interpretación.

Cuando tenía 14 años me apunté a una agencia de modelos, con la que hice algunos anuncios de publicidad. Fue después de hablarlo con mis padres y de haber

2 de septiembre de 2016

¿Cómo convertirse en una "Compi-Yogui"?

Siempre me había llamado la atención el yoga, así que un día me decidí muy ilusionada a probarlo en un céntrico gimnasio de Madrid. Pero la práctica, un total de cinco sesiones, fue un completo desastre.

A las clases asistían alumnos con niveles muy diferentes, cada uno practicaba a su libre albedrío, sin apenas conciencia de lo que hacíamos. Imitaba posturas que no había visto en mi vida, a sabiendas de que las realizaba de manera incorrecta. Llegando incluso a hacerme daño. Y nadie, te corregía.

El yoga, ese yoga, comenzó a reportarme más cosas negativas que positivas, y entendí que ese sitio no era para mí.


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Bhujangasana – Postura de la cobra.
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Siddhasana: Postura de meditación.
Pasaron dos años hasta que me animé de nuevo a intentarlo. Esta vez, dediqué un mes entero a buscar la escuela "perfecta". Cada día llamaba a alguna, pedía referencias, leía foros, blogs.... Pero por fin, después de tanto trabajo, quedaron tres finalistas. Así que opté por pagar una clase de prueba en cada una.

  • En la primera ni siquiera llegué a realizar la práctica. Se trataba de Bikram Yoga. Una práctica a 40 grados. Era agosto, y a parte de no tener en muy alta estima mi condición física, el calor y yo no somos buenos amigos. Así que, aunque la dueña fue muy amable, y me quedaba cerca del teatro dónde estaba trabajando, desistí.
  • En la segunda escuela ofertaban Hatha Yoga a un precio razonable, y la sala era