10 cosas que nunca pensé hacer, y al final hice.

La vida te lleva por derroteros que ni siquiera imaginaste. Hoy en Las llaves de Casa, me gustaría compartir con vosotros, diez cosas que ni por asomo pensaba hacer, y al final he hecho.

1. Tirarme en paracaídas: 

La promoción de mi primer largometraje Tres60, fue bastante intensa. Uno de los programas a los que asistí para hablar de la película fue “Aventura Límite” en Discovery Max. Durante el programa, nos dieron la sorpresa de impartirnos un curso exprés para poder saltar como si auténticos profesionales, ¡Si, sí, sin instructor!. Finalmente afloró mi lado cobarde y sólo fui capaz de tirarme en tándem. Recuerdo mi adrenalina aumentando proporcionalmente a los metros que ascendía el avión… No sabría deciros si el tiempo que tardamos en subir hasta el punto de “no retorno” se me hizo corto o larguísimo… Pero cuando la puerta se abrió y el instructor terminó su cuenta atrás, dejé la mente en blanco y saltamos al vacío. Fue una experiencia increíble, que recomiendo aunque sea una vez en la vida.

            

2. Grabar una secuencia con Demi Moore: 

El año pasado, me dieron un papel muy pequeño en la película Wild Oats (aún pendiente de estreno). Hice el casting para un personaje con más relevancia, y aunque al final no
me lo dieron, tuve la suerte de participar en la película con otro más pequeño. Me moría de nervios. Mientras nos maquillaban, ¡tenía a mi lado a LA TENIENTE O’NEIL!... Mi lado groupie quería apoderarse de mí, empujándome a hacerle mil preguntas, pero conseguí calmarlo. Intenté parecer segura y profesional, y hacer como si la que estaba a mi lado era Pepita Pérez. Pero la cosa no acaba aquí, el director, Andy Tennant, (uno de los actores de la película Grease) se acercó durante el almuerzo para preguntarme que tal iba todo, y los nervios no me dejaron sino decir tonterías… ¡TIERRA TRÁGAME! Por suerte, el equipo técnico era español, y pudimos hablar durante la comida distendidamente y así conseguí apaciguar un poco la tensión. Lo más fuerte de todo, es que una de las protagonistas del film es Jessica Lange (actriz a la que admiro mucho) y aunque recé todo lo que sabía para cruzarme con ella, ¡ese día no rodaba!. Sólo pude ver el cartel con su nombre en un camerino cercano al mío… ¡Ay Jessica, qué pena no verte!

¡Qué ganas de verla!

3. Tatuarme:

Parecerá una tontería, pero dentro de mis planes no estaba “marcarme la piel de por vida”. Aun así, tengo que decir que ha sido una experiencia que creo, merece la pena contar. Sandra Blázquez, es una actriz maravillosa a la que no sólo admiro por su trabajo, sino por su infinito corazón. Es co-fundadora de la ONG “Idea Libre”, una organización destinada a ofrecer educación a los niños más desfavorecidos. Actualmente trabajan en Kenia, donde ha construido dos clases, unos baños, un pozo y una cocina. El siguiente objetivo es poner en marcha esa cocina en Enero y poder darles de comer al menos una vez al día (por increíble que parezca, actualmente sólo comen cada dos). Para conseguir ayuda, Idea Libre organiza eventos y actividades, y una de ellas se celebró el pasado 5 de Junio. No Reply Tattoo, quiso aliarse con la ONG para hacer una “maratón de tatuajes solidarios” donando todos los beneficios a los niños. Así que no me lo pensé dos veces y la mañana de aquel domingo madrugué para ir a Villarejo de Salvanés, y aportar mi granito de arena.  Es un tatuaje muy especial para mí.

¡Corre, correeee, saca la foto mientras pueda sonreír!

4. Tener un blog: 

Tenía que estar en la lista si o sí. Tuve muchísimos prejuicios y miedos antes de que naciera Las llaves de Casa. Hubo una parte de mí que tenía miedo a “desviar mi energía”. No sabía si podría asumir la responsabilidad de ser constante, de cumplir cada semana con un post. Me asustaba también la idea de dejar “tanto de mi” por escrito. Finalmente, tuve mucho apoyo por parte de mi entorno, ¡y me tiré a la piscina!. Ahora estoy feliz con el resultado, y sorprendida por la cantidad de copias de Las llaves de casa que he tenido que hacer. ¡Y que sigan, que sigan!

Con esta imagen empezó todo...

5. Visitar los Estudios de Harry Potter:

Este año, los Reyes Magos, se portaron DE MARAVILLA. Debajo del árbol, encontré un sobre con un par de billetes de avión con destino Londres, ¡y los tickets de mi tan ansiada visita!. Una friki de Harry Potter que se precie, no podía dejar de visitar los estudios dedicados a la saga mágica. Y la verdad es que NADA ME DEFRAUDÓ. (Bueno, miento: la cerveza de mantequilla no era para nada como esperaba). Dedicamos casi un día entero a descubrir los entresijos del maravilloso mundo de J.K. Rowling. Hice más de mil fotos y me emocioné con cada paso que dimos. Volamos con escobas, aprendimos hechizos, vimos el vestuario original de cada película, millones de piezas de atrezzo, paseamos por el Callejón Diagón… ¡Ojalá existiera Hogwarts!

¡El ajedrez mágico tiene la mismas reglas que el ajedrez muggle!

Va, Harry, no te me hagas el dormido ahora, que la gente pensará que te aburro.

6. Ser empresaria: 

Nunca pensé explotar mi faceta empresarial. Pero si habéis leído el post anterior, veréis que he tomado la determinación de ser emprendedora en mi trabajo. Siendo actriz, dependes siempre del teléfono. De la opinión de mucha gente. Pero he podido comprobar, que ese no es siempre el camino. “El arte de mentir” abre una nueva puerta en la que he descubierto, ¡que puedo producir mis propios proyectos!. Por el momento son pequeños, ¡pero matones!

Los marqueses de Sade, no pasan por su mejor momento.

7. Dejar mi ciudad natal, a mi familia y amigos:
Desde muy pequeña iba con la cantinela de que quería vivir en otras ciudades. Se lo decía a mi madre, cuando aún no levantaba un palmo del suelo… (no sé de dónde sacaría esas ideas) Y aunque ese discurso retumbó en mi cabeza durante muchos años, no me consideraba tan valiente como para llegar a hacerlo. Puse una fecha, y lo cumplí. Recuerdo sobretodo la sensación de vértigo del principio, pero luego entendí que mi casa y mi familia, siempre seguirían ahí, y tenía la opción de volver cuando quisiera. Hace ya seis años que vivo en Madrid, y en los momentos en los que me planteo volver a cambiar de ciudad, para aprender otro idioma, o probar suerte como actriz, me vuelve a invadir el vértigo de la primera vez. De todas maneras… ¿quién sabe?

Mi Taganana querida.

8. Ir a clases de Clown: 

Hace dos años, recibí un email de Aisge ofertando sus nuevos cursos para actores, y entre ellos, ¡había uno de Clown!. Era algo que nunca me había planteado, me parecía muy difícil. Pero me bastó con la primera clase para entender lo muchísimo que iba a disfrutar de esa nueva aventura. María José Sarrate me metió el gusanillo en el cuerpo. Pero he de decir, que no todo fueron “risas y fiestas”. Y es que resulta, que todos tenemos dentro nuestro propio Clown, (al contrario de lo que yo pensaba). No sé por qué, di por hecho que tú decidías si querías ser un payaso borde, uno torpe, el tímido… ¡Y no es así! Esto me enfadó un poco, ya que mi Clown no es el que yo hubiera elegido. Pero en cuanto acepté esto, pude volver a disfrutar de las clases. Desde luego, en cuanto vuelva a tener algo de tiempo, volveré a visitarla para seguir trabajando con mi CLOWN la enfadica.

El símbolo y escudo de los Clown.

9. Rodar un anuncio con Clive Owen:

En 2014, Movistar desarrolló una nueva plataforma de pago: Movistar Fusión Tv, y para dar a conocer su nuevo producto, contrató a rostros tan conocidos como Clive Owen o Andrew Lincoln. Todo esto bajo la batuta de Santiago Segura, que era el encargado de dirigir el spot. Recibí una llamada de la productora invitándome a participar y un par de días después interpreté una secuencia en la que Clive me salvaba de “los malos” entre disparos y explosiones. Fue una noche larga e intensa, con muchísimos efectos especiales y un frío terrible, mientras yo iba con mi barriguita al aire y un vestuario lleno de cascabeles que sonaban por todo el set. Pero rodé con un equipo maravilloso, y lo pasé pipa. El actor británico fue ENCANTADOR.

             


10. Encabezar una manifestación:

Si hablamos de etiquetas, una que llevo con orgullo es la de “animalista”. Intento luchar, defender y promover los derechos de los animales. Y es que ellos SIENTEN IGUAL QUE NOSOTROS. Sienten tristeza, alegría, dolor, entusiasmo, pena… Por eso desde hace unos años, una de las manifestaciones a la que no falto es “por la abolición del toro de la vega”. El 13 de septiembre de este año, hemos conseguido un pequeño avance, y “el evento” ha pasado a llamarse Toro de la Peña, siendo Pelado el primer toro que ha sobrevivido a un encierro en Tordesillas. Pese a que nuestro querido toro sobrevivió al encierro, la normativa actual permite matarlo de otra forma tras finalizar el recorrido. Así que como veis, aún queda mucho por por conseguir. Y no sólo repudio y me manifiesto contra la tauromaquia, existen muchas otras formas de maltrato y crueldad animal por las que hay que luchar, como: el abandono de animales en la calle por no saber o querer cuidar, prácticas de mutilación, ventas a laboratorios o clínicas para que experimenten con ellos, caza, corridas de toros, peleas de gallos, de perros y un largo etc.… 

Rompimos una lanza por la abolición del Toro de la Vega.

Presupongo que este café de Las llaves de Casa será de lo más divertido. ¡Estoy ansiosa esperando vuestra lista de  "¡Cosas que nunca pensastéis hacer, y al final habéis hecho!" Lánzate a contarnos.