Las palomitas en el cine son desde siempre un matrimonio indisoluble |
Fuimos corriendo entre risas y palomitas que caían por el suelo y algunos que incluso volaban... Intentábamos tranquilizarnos, sabedores de que siempre
existen los interminables minutos de trailers y promociones.
Con el corazón latiendo en la garganta llegamos y saqué el móvil, para enseñarle nuestro justificante a la chica de la puerta, pero ella no reparó en mis entradas... solo en las palomitas.
—En este cine está prohibido comer. No podéis pasar con eso.
—Son palomitas. Compradas en vuestro otro cine...
—Aquí está prohibido.
—¿Y que hacemos? ¿Podemos guardarlas en una bolsa? Ni las hemos probado...
—Pues lo que queráis. Pero no las podéis pasar.
Os resumo la conversación con el run-run de que la película estaba empezando, así que al final le pedimos, como favor, que si nos las podía guardar hasta que terminara la proyección.
Me senté junto a un chico que rondaba los 30. Iba con tres amigos. Y los noventa y seis minutos de metraje los pasó rumiando un paquete XXL de Doritos Extra Crujientes. Y no es que tuviese cuidado y masticar cuando los actores hablaban, él simplemente se dejaba llevar. Era evidente que los había introducido de contrabando y sufrí su bruxismo martilleante aderezado con patatas... Lo cierto es que era algo molesto. Pero en su defensa diré que la película de Lino Escalera “No sé decir adiós” está plagada de largos silencios, y es casi misión imposible comer sin emitir ruido.
Afiche de la película "No sé decir Adiós" que la disfruté sin palomitas |
A la salida, la taquillera nos devolvió nuestro maxi cubo de palomitas. Por supuesto no sin antes volver a tocar el tema de que allí no se podía comer. Lo decía en un tono de posesión de la verdad, queriendo volver a enfrascarse en la conversación. Era obvio que para ella era un tema recurrente, en el que ya tenía las respuesta preparadas para seguir defendiendo "su verdad". Y se volvió a encender la mecha.
Ella defendía que a su cine acudía gente muy fiel y cinéfila, que prefería cine en V.O.S. y que las personas a las que les gusta el buen cine, no comen durante una proyección.
En mi bando de la conversación estábamos dos personas que vivimos de la interpretación, y otras dos que durante muchísimos años iban al cine, sin falta, una media de dos o tres veces por semana, pero ella nos trataba de hacer entender que nosotros no éramos cinéfilos por comer palomitas en el cine. ¡Que nosotros no amábamos el cine!
Me puso muy nerviosa la conversación y comencé a comerme el cubo de palomitas de manera compulsiva mientras debatíamos... Ella se enquistaba más.
Los que me seguís en redes, sabéis que una de las cosas que más me saca de quicio es compartir una sala de cine con personas irrespetuosas. Que hablen, que estén con el móvil o que hagan el cafre. Incluso hay personas que han desarrollado una forma de masticar parecida a la del Tiranosaurio Rex, que también hace saltar mi resorte en las cervicales mirándoles inquisitivamente para hacerles entender que están molestando... Pero no por ello me parecen poco sensibles al séptimo arte.
El rodaje en el que estoy inmersa está siendo bastante duro, y por ello no asistí a nuestro café de la semana pasada... Tenía previsto contaros curiosidades y anécdotas del rodaje, pero desde que sucedió esta anécdota, he sentido la necesidad de abrir debate y compartirlo con vosotros, y que me contéis vuestra opinión.
¿Creéis que comer palomitas en el cine es de poco cinéfilo? ¿Las polomitas en el cine es un binomio indisoluble? ¿Cómo actuarías si no te dejan comer palomitas (cotufas en Canarias) en el cine?
Ella defendía que a su cine acudía gente muy fiel y cinéfila, que prefería cine en V.O.S. y que las personas a las que les gusta el buen cine, no comen durante una proyección.
En mi bando de la conversación estábamos dos personas que vivimos de la interpretación, y otras dos que durante muchísimos años iban al cine, sin falta, una media de dos o tres veces por semana, pero ella nos trataba de hacer entender que nosotros no éramos cinéfilos por comer palomitas en el cine. ¡Que nosotros no amábamos el cine!
Me puso muy nerviosa la conversación y comencé a comerme el cubo de palomitas de manera compulsiva mientras debatíamos... Ella se enquistaba más.
Los que me seguís en redes, sabéis que una de las cosas que más me saca de quicio es compartir una sala de cine con personas irrespetuosas. Que hablen, que estén con el móvil o que hagan el cafre. Incluso hay personas que han desarrollado una forma de masticar parecida a la del Tiranosaurio Rex, que también hace saltar mi resorte en las cervicales mirándoles inquisitivamente para hacerles entender que están molestando... Pero no por ello me parecen poco sensibles al séptimo arte.
El rodaje en el que estoy inmersa está siendo bastante duro, y por ello no asistí a nuestro café de la semana pasada... Tenía previsto contaros curiosidades y anécdotas del rodaje, pero desde que sucedió esta anécdota, he sentido la necesidad de abrir debate y compartirlo con vosotros, y que me contéis vuestra opinión.
¿Creéis que comer palomitas en el cine es de poco cinéfilo? ¿Las polomitas en el cine es un binomio indisoluble? ¿Cómo actuarías si no te dejan comer palomitas (cotufas en Canarias) en el cine?
Buenas noches Sara! Que bueno volver a tenerte por aquí tras las pequeñas vacaciones de la semana pasada. Espero que el rodaje este siendo igual de maravilloso que intenso!
ResponderEliminarY respecto a este post estoy un tanto sorprendida y es que para mi entrar a una sala de cine sin palomitas es ir a la piscina sin bikini. Siempre que voy al cine compro palmitas y a veces algún refresco. Y sí, yo también odio a las personas en el cine, especialmente a las que comen maíz u otros alimentos crujientes. Pero jamás había oído a nadie decir que si eres cinéfilo de verdad no debes comer palomitas. Sinceramente lo veo una estupidez, el cine es un entretenimiento, arte y es más de una hora sentado en una butaca, y por comerte un bol de palomitas ya no puedes disfrutar de la peli? Por supuesto que no! Amo las palomitas y por lo menos yo siempre asocio palomitas y refresco con ir al cine.
Gracias por otro viernes más Sara! Te adoro! Disfruta muchísimo de Navarra
Buenas Noches Sara!! Pues no, no eres menos cinéfilo porque te guste comer en el cine. Ojalá te dejasen meter hamburguesas, dicho sea de paso. Me encanta el cine y cada vez me da más pereza ir, porque salgo como Hades, hechando fuego por la cabeza. La gente va al cine y se piensa que está en el sofá de casa, hablando alto, sacudiendo la barra que separa algunas butacas, literalmente, hablando por el móvil y un largo etc. y encima tienes más que oir. Y luego vas a un maratón de Él Hobbit, y las 9/10h todo el mundo comiendo palomitas y demás snacks y solo se oía la película,ninguna otra forma de distracción. Esa es la diferencia, que la gente cada día es más gilipollas y no respeta ni al prógimo ni al cine.
ResponderEliminarHola sara! En mi opinión y espero no ofender a nadie, es solo mi opinión, no suelo ir al cine si no es una película muy esperada precisamente por la comida.
ResponderEliminarMe molesta enormemente tener que aguantar ruidos de bolsas, de gente masticando o del olor de X comida que han introducido en la sala. Ojo, por supuesto habrá gente (como tu, seguro) que comeis vuestras palomitas en perfecto silencio sin molestar, pero por desgracia no es lo habitual :(.
Respecto a tu pregunta: NO. No se es menos cinéfilo por comer en el cine, faltaría más...
Hola de nuevo Sara!
ResponderEliminarLa verdad es que me parece una tontería que no se pueda comer en el cine, precisamente unas palomitas es lo que me hace disfrutar aún más de la película.
En algun caso si que es verdad que me ha tocado aguantar a alguien que no te deja pasar con comida, pero también te mentiría si no te dijera que alguna que otra vez la hemos colado en el bolso!
Entiendo que haya a gente que le moleste, o que luego no quieran limpiar, (por desgracia la gente cuando se va no recoge los restos) pero no eres mas cinéfilo por ello.
Un saludo :)
Desde mi punto de vista, he de decir que me parece fatal que no os dejasen entrar, puedo entender que si las palomitas son de otro establecimiento que no estuviese relacionado con el cine no os la dejen pasar, pero el dinero ha ido para ellos... Y la gente que parece un T-REX en el cine no la soporto... y las personas que van al cine para hablar y molestar menos. Gracias porestar aquí otro viernes más! Qué siga genial el rodaje!
ResponderEliminarHola preciosa!!
ResponderEliminarYo estoy totalmente de acuerdo con Celia! Un cine sin palomitas y refresco no es lo mismo! Es como ir sin calzoncillos! xD
De acuerdo también con otros bloggeros de aquí es que la gente es muy maleducada como si estuvieran en su casa , gritando , haciendo ruidos , con el tlf... Menos mal que eso lo veo poco pero ese poco joroba mucho!!
Yo digo SI a las palomitas dulces , saladas y al refresco!
Por cierto...no puede ser más estúpida la que te atendió , esos cines ya no merecen tener tu presencia! Ves a otros cines que cuiden de los espectadoreS!
La semana pasada se te echó mucho de menos...
Besitos!! :)
Palomitas en el cine...sí, sin lugar a dudas. No sólo porque un cuenco de palomitas tiene más fibra que un cuenco de frutas, sino también porque la película se vive más, se disfruta mejor.
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