Si tuviera que describir brevemente mi 2016 sería: “como una montaña rusa”.
La última semana del año nos atropella. El último viernes. El último fin de semana. Y es que en estas fechas, y como cada año, toca hacer balance. Así que después de indagar entre las miles de propuestas que me ofrece google, llegué a la conclusión de que la mayoría sugieren: separar lo personal de lo profesional y ser objetivos y bondadosos durante el proceso.
No está de más entender qué ha pasado durante los últimos doce meses. Chequear los errores que hemos cometido, premiarnos por los logros y afrontar con valentía e ilusión los retos venideros. Basta con dedicar una horita, estar en un sitio tranquilo y "poner el modo zen".
Después sólo tenéis que formular las siguientes preguntas:- ¿Qué expectativas nos habíamos marcado?
- ¿Qué hemos aprendido de los errores de éste año?
- ¿Qué nos ha funcionado y mantendremos?
- ¿Qué nos proponemos dejar?