No conozco a nadie que no quiera vivir
felizmente. Todos aspiramos a ser felices y para ello intentamos
descubrir qué es la felicidad. Sin embargo, cada persona posee una
respuesta, una definición de felicidad diferente, y es precisamente
esa disparidad de opiniones ante una cuestión tan trascendental
en la existencia del ser humano la que no hace posible una definición
exacta ni consensuada.
Hace unos días nos dejaba elmaravilloso actor Jean Rochefort. Y hoy en Las llaves de casa, en
forma de pequeño homenaje, me gustaría compartir con vosotros mi
impresión acerca de una de sus películas. Una que me impactó
especialmente: "El marido de la peluquera".
Trata sobre eso, sobre la felicidad. En
la película de Patrice Leconte, Jean Rochefort da vida a un
personaje que desde niño tiene muy claro lo que desea en la vida:
casarse con una peluquera. No sabría decir si se dejó obnubilar por
los olores que emanaban de las peluquerías o del
aura que envuelve a las mujeres que manejan con destreza las tijeras, pero siguiendo el sabio consejo de su padre: “persigue lo que deseas hasta la saciedad”, el muchacho focaliza toda su energía en que su deseo se cumpla.
aura que envuelve a las mujeres que manejan con destreza las tijeras, pero siguiendo el sabio consejo de su padre: “persigue lo que deseas hasta la saciedad”, el muchacho focaliza toda su energía en que su deseo se cumpla.
Los personajes de la película nunca
dejan de ser niños, entregándose siempre a pasiones primarias, y
disfrutando cada instante, con escenas maravillosas que no te dejan
ni parpadear durante todo el metraje. Como si nunca pasase nada malo.
Como si no existieran los problemas y donde el "dejarse llevar"
es una máxima.
La forma de bailar de Jean en la
película se te queda grabada en la retina. Por mucho que pasen los
años, llevo esas secuencias guardadas en mi inconsciente. No sé
cuanto habría de improvisación, pero el disfrute del actor traspasa
la pantalla. Mención especial merecen las escenas de sexo, perlas
cinematográficas a tener en cuenta. Es una cinta que mezcla el
erotismo y la poesía. La cotidianidad con lo inalcanzable. El guión,
aparentemente, nos parece minimalista, pero tiene adornos de calidad
como cuando después de hacer el amor, siempre va a comprar yogures
para la cena.
El director nos propone una historia
peculiar e íntima, de esas que calan. Creo que para este puente
puede ser una buena opción cinematográfica.
Ahora me toca servir nuestro café
semanal para debatir sobre la felicidad. ¿Tienes una definición
propia sobre la felicidad? Y saber vuestra impresión sobre la
película (si habéis tenido la oportunidad de verla).
La felicidad es ver asomar por el set tu
ResponderEliminarsonrisa infinita
Hola preciosa!!
ResponderEliminarLa felicidad es verte feliz! :)
Jean un gran actor , yo le vi en la gran película El Artista y la modelo con un artistazo como Jean y una maravillosa modelo como Aida Folch! Te recomiendo la película si no la has visto y me apunto la otra de él!
Besitos!!
Si me toca ir al encerado a leer mi redacción, tendré que decirle a la seño que el tema me queda grande. La felicidad empieza por un propósito, una meta. Me niego a pensar que la felicidad se encuentra detrás de bienes materiales. Pero la felicidad no esta en llegar a la cima, esta en disfrutar del camino. La felicidad esta escondida en el progreso particular mientras intentas conseguir todos aquellos retos a los que quieras dedicar tu tiempo.
ResponderEliminarCuando consigues conocerte, entender lo que quieres, cuando tus hechos, pensamientos y actos cabalgan en armonía, es más fácil encontrarte en situaciones de felicidad.
La otra cara de la moneda, es la felicidad compartida. Conoceréis sonrisas que os sienten mejor que la vuestra, conoceréis personas que os quieran más que vosotros mismos (normalmente estos los tienes nada más nacer). Esta es la mejor felicidad, porque cuando se pierde, todas las demás saben a poco.
Cuenta la leyenda que un día fueron la felicidad y la tristeza a bañarse en un rio. La felicidad, como es la felicidad, iba saltando y con una actitud positiva ha intentar sacar la mejor experiencia de ese baño, por su parte la tristeza iba lenta y cabizbaja sin mucho interés.
Al acabar de bañarse, la felicidad fue con prisa e ilusión a por su siguiente actividad, pero se equivoco y se puso la ropa de la tristeza. La tristeza, desnuda, no tuvo otra opción que vestirse con la colorida ropa de la felicidad.
Y es así que vivimos momentos en los que la gente comparte “felicidad” pero si nos paramos a mirar con detenimiento no es más que un disfraz.
Y de la misma manera, cuando nos encontramos con alguien aparentemente triste por una perdida o por experiencias realmente importantes, bajo ese manto de tristeza se encuentra la verdadera felicidad.
Si haces el bien de manera desinteresada, la gente te acusara de ocultos motivos egoístas. Haz el bien de todas maneras.
La felicidad no es ir lejos, de viaje... tampoco es estar todo el día de fiesta, ni mucho menos gastar dinero. La felicidad está dentro de cada uno de nosotros. No la busques más. La felicidad, como dijo ya alguien, es conformarse con menos y no tratar de correr en la agonía de querer tener más, para luego no tener tiempo de gastarlo, ni de disfrutarlo. La felicidad es tener algo por lo que levantarse cada día, sentirte útil, amar y que te amen... así de sencillo. Así de complicado.
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