¿Pueden los perros ser vegetarianos?

¿Estamos legitimados para decidir sobre cualquier cuestión en la vida de nuestros caninos?

Después de basar durante más de un año y medio mi dieta en productos que provienen de la tierra, me resulta complicando gestionar la alimentación de mis perros.

El Sr. Coco no se lo piensa mucho a la hora de meterle el diente a un tomate. Le llamo la compostadora.

A medida que va pasando el tiempo, me reafirmo más en mi decisión. He llegado al punto en el que soy incapaz de
tocar "un animal muerto". Donde antes veía jamón serrano, ahora veo un cadáver. Y si alguien de mi entorno me pide que le prepare un bocadillo, soy incapaz de hacerlo. Pero todo cambia cuando "me lo piden ellos", mis hijos. Soy madre perruna. Tengo dos cachorros en casa (uno de once años, pero yo les llamo así). Con ellos me comporto de otra manera. A ellos sí que les doy de comer carne. Aunque trato de no tocarla cuando les pongo el pienso o sus latas de comida en sus cuencos. Se me revuelve el estómago y trato de mitigar el mal trago cantando una canción para despistarme, me parece injusto e insensato cambiar su dieta por mi ideología.

Ya os conté hace algunos meses por qué soy vegetariana. Cuáles eran mis razones, aquí. No quiero formar parte de las atrocidades de la industria cárnica. Rehuyo de todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales ya sea en forma de comida, vestimenta o cualquier otro tipo de industria y comercialización. Pero con la alimentación de mis perros no he podido dar el paso, he sentido incapaz de modificar su dieta. Si mis peludos hablasen, otro gallo cantaría... Serían ellos quien tomaran la decisión.

Así que me encuentro en un dilema y un debate moral cada vez que les pongo de comer. Por un lado, necesito ser consecuente con mis principios, pero por otro, siento que al no saber de nutrición animal, perjudicaría su salud. Y que no es su elección comer solo vegetal.

Así que estos días, he buscado mucha información al respecto... Y mirad lo que me he encontrado:

¿Sabéis quién fue el perro más viejo del mundo?

Se llamaba Bramble, un Collie que llegó a vivir 27 años de edad, lo que equivale a 189 años. Su dieta se basaba en arroz, lentejas y verduras orgánicas. ¿Casualidad o causalidad?

"Internet en vez de ayudarme, me lía más" (ésta es una de las frases de mi personaje en la obra Felicidad a Domicilio, que os aconsejo encarecidamente). La conclusión después de leer a muchos detractores y entusiastas sobre el vegetarianismo o veganismo animal, es que ninguno de los dos se basan en hechos científicos. Todavía no se ha confirmado fehacientemente las consecuencias (buenas o malas) de incluir a nuestras mascotas en este estilo de vida. (Espero que lo comprueben pronto). Así que de momento sigo optando por hacer de tripas corazón, e invierto bastante tiempo y dinero en que mi Señora Miel y mi señor Coco varíen y disfruten sus platos.

La dieta de nuestras mascotas es algo que debería preocuparnos más de lo que lo hacemos en la actualidad (seamos o no veggies). En muchos de mis paseos con familias perrunas, algunos responsables de mis amigos canes, me comentan que se gastan de media 10/12 euros en un pienso de marca Hacendado. No comprueban ni siquiera las proteínas, las vitaminas o el aporte calórico que le ofrecemos a nuestros amigos. Me parece terrible que los pobres perros, que nunca se quejan, los hayamos humanizado a nuestra conveniencia, por la comodidad que nos ofrece ese alimento procesado que le damos en forma de bolitas. No me imagino a ninguno de nosotros alimentándonos día tras día de esas esferas con mal aspecto e imagino que nefasto sabor.

Me despido de nuestro café con ganas de saber si hay algún veterinario o nutricionista en la sala, y me pueda ayudar a resolver este entuerto. Por supuesto, que levante la mano también aquellos vegetarianos o veganos que se vean en el mismo dilema, o hayan optado por algún camino específico. Y que se levanten a brindar y opinar cualquiera de nuestros amigos de Las llaves de Casa.